La colombiana asegura que su relación con el futbolista se basa en la toma de decisiones de mutuo acuerdo.
Tras haber generado una agria polémica al calificar recientemente a Gerard Piqué de "celoso y territorial", Shakira asegura que la convivencia diaria que mantiene con el joven futbolista se caracteriza en realidad por el "equilibrio de poderes". Haciendo hincapié en el respeto y la admiración mutua que se profesan el uno al otro, Shakira insiste en que ambos siempre han tratado de tomar todo tipo de decisiones de mutuo acuerdo y aprendiendo a ceder en aquello que no resulta imprescindible.
"Puedo decir con orgullo que en mi casa existe un equilibro de poderes y que Gerard y yo nos repartimos las tareas y las obligaciones en la misma medida. Creo que para disfrutar de una relación estable y satisfactoria que dure muchos años las dos personas deben aprender a ceder siempre que sea necesario, pero teniendo muy en cuenta que los grandes proyectos de vida hay que afrontarlos siempre de la mano", confesó a la revista Ocean Drive.
Para zanjar definitivamente el debate sobre el supuesto carácter sumiso que habría exhibido en los últimos tiempos, Shakira ofrece su propia definición del "poderío femenino" con el que tanto se siente identificada y que trata de aplicar a todos los planos de su existencia. Además de hacerse valer en el ámbito de su vida doméstica, la cantante se ha propuesto hacer gala de su determinación y de su fuerza de voluntad a través de sus dos grandes proyectos profesionales: su exitosa carrera musical y su labor solidaria en Colombia.
"Para mí, el poderío femenino consiste en tener un control férreo de todo lo que haces, y sobre todo utilizar tu fuerza para ser una persona productiva que cumple con todos los objetivos que se propone. En mi caso, traslado toda esa energía a mi familia, a mi música y especialmente a todas aquellas iniciativas que ponemos en marcha desde la fundación 'Pies Descalzos'", aseveró la sudamericana.
Shakira también destaca públicamente la "felicidad plena" que vienen definiendo los últimos años de su vida, que le llevan a irradiar un optimismo que se debe tanto a las alegrías que le brinda a diario su pequeño Milan, como a la nueva filosofía de vida con la que sortea los obstáculos que le presenta el camino de la vida.
"Ser madre me ha servido principalmente para afrontar los retos desde otro punto de vista, con una actitud más relajada. La maternidad no solo es una experiencia maravillosa en sí misma, sino que también ha afectado positivamente a mi visión del trabajo y de mis obligaciones filantrópicas", concluyó.